
- Jun 23, 2025
- Aldair Teutle
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Los cuartos fríos con multipanel se han convertido en una solución bastante común y, por qué no decirlo, muy eficiente para quienes necesitan controlar la temperatura en espacios cerrados.
Ya sea en una carnicería de barrio o en una planta de alimentos a gran escala, el multipanel ha ido ganando terreno frente a otros materiales que antes dominaban este tipo de construcciones. ¿Por qué? Bueno, por varias razones que van más allá del precio o la facilidad de montaje. Tiene que ver con el aislamiento, sí, pero también con lo práctico que es mantener una estructura estable, limpia y con buen rendimiento térmico.
Y lo interesante es que no se trata solo de una moda o de una opción “más bonita”. Es una elección funcional. Especialmente cuando lo que está en juego es la conservación de productos perecederos.
¿Por qué los cuartos fríos con multipanel son tan eficientes?
Una cosa es tener un espacio frío, y otra muy distinta es que realmente funcione como cuarto frío. En esto, el multipanel ha demostrado ser, si no la mejor, una de las opciones más prácticas y confiables para lograrlo.
Y no es solo porque lo digan los fabricantes (aunque muchos lo hacen con razón), sino porque lo respalda la experiencia diaria en industrias como la alimentaria, la farmacéutica o incluso la florícola, donde la temperatura no puede fallar.
Lo que vuelve al multipanel tan efectivo en estos casos es una combinación de cosas que trabajan en conjunto:
- Aislamiento térmico de alto rendimiento, gracias a su núcleo de poliuretano inyectado. Esto mantiene el frío adentro y el calor afuera… o al revés, según lo que se necesite.
- Sellado hermético entre paneles, que reduce las fugas de aire y evita que el sistema de refrigeración trabaje de más.
- Resistencia a la humedad y al moho, algo clave en espacios donde la condensación está siempre al acecho.
- Superficies lisas y lavables, ideales para mantener la limpieza sin complicaciones.
Puede que no sea el único material en el mercado, claro, pero cuando lo que se busca es eficiencia, durabilidad y montaje rápido, el multipanel se defiende solo.

¿Qué tanto influye el espesor del multipanel en un cuarto frío?
Mucho más de lo que uno podría pensar. El espesor del multipanel no es un simple dato técnico que aparece en la ficha del producto; es una decisión que termina impactando directamente en el consumo de energía, en la estabilidad térmica del ambiente… y en el bolsillo.
En la práctica, el grosor del panel está relacionado con la cantidad de aislamiento que puede ofrecer. Entre más grueso sea, mayor será su capacidad para mantener una temperatura constante en el interior, sin depender tanto del sistema de refrigeración.
Por ejemplo:
- Para cuartos de conservación o refrigeración moderada, se suelen usar paneles de 2” o 3”.
- En cambio, si hablamos de cuartos de congelación o temperaturas bajo cero, lo más recomendable es irse por espesores de 4” o incluso 5”.
Eso sí, también influye el clima del lugar, el tiempo de uso diario del cuarto, y el tipo de producto almacenado. No es lo mismo enfriar flores que carne congelada.
Quizá lo más sensato sea consultarlo caso por caso, pero en términos generales, un buen espesor en el multipanel puede marcar la diferencia entre eficiencia y desperdicio constante de energía.
Lo que conviene tener en cuenta al construir un cuarto frío con multipanel
Levantar un cuarto frío no es como poner una bodega cualquiera. Hay detalles que parecen pequeños, pero si se ignoran, terminan afectando el rendimiento térmico y, a la larga, encarecen todo. El multipanel facilita mucho el proceso, sí, pero no se trata solo de armar paneles como si fueran piezas de lego.
Lo primero es cuidar la unión entre paneles. Muchos vienen con sistema de machihembrado o con cerraduras tipo camlock, que permiten uniones más firmes y sin puentes térmicos. Si se instalan mal (aunque sea por milímetros), el frío se escapa. Así de simple.
Después viene el tema del piso, que suele olvidarse. En cuartos de congelación, por ejemplo, es crucial tener un aislamiento adecuado en el suelo para evitar que se formen placas de hielo por debajo. Y ni hablar de las puertas herméticas: deben cerrar perfectamente, sin dejar fugas ni permitir condensación.
También es buena idea prever la ventilación interna y el control de temperatura con precisión. Un termostato mal calibrado puede echar a perder todo el esfuerzo.
En fin, no es complicado, pero sí técnico. Y vale la pena hacerlo bien desde el principio, porque corregir errores en un cuarto frío suele ser más costoso que prevenirlos.
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